martes, 7 de octubre de 2014

Baila

Baila niña, baila. La noche nos cubre con su manto y en el cesped nos requiere, no temas, no voy a hacerte daño, no temas, ambos estamos sumidos en la misma situación. No sientas vergüenza niña mía, será un secreto de la noche tuyo y mío, la luna es nuestra cómplice y, por esta noche y digo por esta noche, ella está dispuesta a permitir que tu sonrisa brille más que ella. Lo que no sabe es que yo trataré de que sea así siempre ya que, por ti, en un traidor a mi amada luna me he convertido, ¿cómo pudo ésto ocurrir? Toma mi mano, iremos despacio, mírame a los ojos, sonríe por favor, la espera por ver tus labios es su más bello ángulo está acabando conmigo y soló tú puedes cambiar eso. Abrázame, sigamos el ritmo de la noche, ese escenario cuyas únicas luces son las estrellas, ¿dónde está la luna? La luna eres tú niña. Y mientras siento su calor entre mis brazos, en mi pecho, nada puede ir mal, nuestros seres bailan al son de la armonía del logos, ¿qué más se podría pedir? Relájate, sólo abraza mi cuello y déjate llevar por un hombre que tampoco sabe a dónde va, "venga, ¿improvisamos?" te digo, y damos vueltas y vueltas hasta que los planetas nos envidian por no tener una órbita como la nuestra. ¿Qué más da lo que digan? Solo abrázame y todo articulará. Siento el césped en nuestros pies, la lluvia sobre nuestros cuerpos empapados y tu calor y ternura, que toda penuria curan. Derrepente, el césped ya no está, ni la noche, ni tu sonrisa, todo es un ensueño de un momento que sin parar anhelo que llegue.

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