domingo, 9 de marzo de 2014

¡He vuelto!

  El otro día estaba muy aburrido trabajando, estaba tan aburrido que me puse a pensar en todos los filósofos de la historia moderna, bueno, desde Descartes hasta nuestros días más bien ya que la historia moderna ya se considera un periodo cerrado de la historia (desde el descubrimiento de América hasta la Revolución Francesa según los historiadores franceses, aunque los anglo-sajones defienden que nos hallamos en la "alta edad moderna").

  Me di cuenta de lo siguiente: tanto Descartes como los empiristas como Nietzsche, han hecho su filosofía tan influidos y marcados por las coyunturas de su tiempo que no han podido centrarse del todo en la búsqueda de la realidad, la cual es el objetivo de cualquier filósofo. Así, Descartes, ante la crisis religiosa, política y filosófica de su tiempo, se encerró en su cabeza y dudó de cualquier cosa, lo cual, aun siendo una forma de búsqueda de la realidad, posee unas rabas que impidieron avanzar su pensamiento a un nivel superior que el de su "cogito ergo sum". Nietzsche por su lado, debido a la situación de crisis de la civilización occidental (así definida por él), se dedica a la crítica agresiva de esta y directamente se desentiende de la búsqueda de las cuestiones metafísicas, simplemente afirma la vida como único elemento existente y menosprecia el principal elemento sintetizador del ser humano, la razón. Esta "crisis de la civilización occidental" se debe a la visión excesivamente teocéntrica del puritanismo luterano del que hacía gala el cristianismo en Alemania y al estancamiento de la filosofía como consecuencia del empirismo.

  Con todo esto dicho, me pregunto, ¿y si las circunstancias nos impiden ver la realidad objetivamente?, cierto es lo que decía Ortega y Gasset "yo soy yo y mis circunstancias", sin embargo, es nuestro deber tratar de dar respuesta a las grandes preguntas del ser humano: Dios, el hombre y el mundo, las cuales, según mi criterio, son constantes, no cambian (cuando hablo del mundo, me refiero a la existencia de las cosas. Sería una estupidez pensar que el mundo no cambia). Con esto no quiero decir que el hombre no es capaz de conocer la verdad tal y como decían los sofistas (personalidades rastreras infundadoras de calumnias), sino que las circunstancias históricas en las que vivimos podrían dificultarnos un poco el camino de la verdad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario