Quiero ser un lobo, aullar a la Luna, deslizarme sigilosamente en la oscuridad. Quiero lucir mi pelaje, gruñir a las circunstancias, desatar mi fiereza con las metas de la vida, un lobo solitario no teme a nada, está ahí, perdido en el monte, la gente de los pueblos cercanos saben de su presencia, lo respetan, lo admiran, lo temen; todo ésto quizás porque él representa todo lo que ellos en algún momento quisieron ser, un majestuoso animal, dueño del monte y de él mismo.
Quiero ser un lobo, aullar a la luna ebrio de recuerdos, melancolía y orgullo. Quiero aullar a la luna, ¿quién se atreverá a hacerlo conmigo? Quizás aquellos ojos brillantes que se clavaron en mí una vez, quizás aún esté por llegar la respuesta. La vida está para aullar a la luna, que es ella misma, el sol brilla bastante, pero te ciega al verlo y está desprovisto de la espiritualidad de la noche.
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