domingo, 20 de octubre de 2013

Y, sí, volvieron las reflexiones =D

Reflexión sobre Origen
       Un film que reflexiona la fuerza de nuestra mente en todos sus aspectos.  Los protagonistas han de entrar en la mente de un hombre mediante sus sueños para implantarle una idea con el fin de que éste destruya el imperio multinacional de su padre. Este planteamiento ya me da motivos de discrepancia ya que, de algún modo, esa idea ya está en la cabeza del sujeto, es decir, Platón decía que las Ideas (las cuales estaban jerarquizadas en “morales”, matemáticas” y del mundo físico) ya existen en un mundo de ideas,  por tanto, la idea de planta, por ejemplo,  ya está en la cabeza de un hombre que nunca ha visto una, y éste la saca mediante el método Sócrates, mayéutica. Sin embargo, ¿hasta qué punto podemos creer esto?, es decir, ni siquiera Platón lo creía realmente, simplemente lo decía para hacernos ver que el mundo no es sólo físico, por tanto esta teoría es cierta hasta un punto. La idea que los protagonistas quieren implantar ya existe, no porque yo crea en ese mundo de las ideas (que también estaría ahí aunque lo creyese) sino por el simple hecho de que el sujeto ya habrá planteado eso aun sin ser en serio, dejándose llevar por sus inseguridades, por tanto, lo que se introduce en su cabeza es la simple voluntad de llevarla a cabo,  la cual,  hace que que lo consiga ya que si hay algo en esta vida que podemos tener por seguro casi absolutamente es que, habiendo voluntad,  todo se consigue (hay cosas que no se consiguen pero lo digo con sentido general).
      Otro aspecto que me llamó la atención de la película fue que, para llegar a implantar esa voluntad, era necesario introducirse en un sueño, dentro de un sueño en otro sueño distinto, es decir, tenían que llegar a lo más  profundo de sus ser, lo cual, yo lo asocio con el lugar en su interior donde se hallarían las ideas que se extraerían con el método mayéutico. En mi opinión, dentro de nosotros se halla la respuesta a todo, no sólo porque el hombre es, en cierto modo, el encargado de descubrir todo cuanto le rodea, sino  porque es ahí donde se esconde todo sobre nosotros y todas las posibilidades a las que podemos acceder tanto dentro como fuera de nuestro ser. Es ahí donde podemos llegar a conocernos (les invito a que escriban quién creen que son, es rematadamente difícil) y es de ahí de donde podemos sacar los planteamientos e ideas que nos lleven a entender el universo.
       Es curiosa la profundidad con la que se trata al subconsciente humano en este film (ya es profundo de por si…). Me refiero a que lo reflejan como el encargado de proteger nuestra mente. En el sueño más superficial, el subconsciente se representa como un cuerpo policial, al igual que en el segundo, y en el tercero se encarna en un grupo de soldados entrenados, a lo que quiero llegar es que el subconsciente es representado por aquello que a la mayoría nos hace sentir seguros, aunque también dependerá de cada persona (animales, masas populares, máquinas…), sin embargo,  no he hablado de la película realmente, sino del subconsciente de los directores y del nuestro fuera de la ficción, el cual, ha hecho que en la película se plantee así.  También es cierto que el subconsciente puede ser engañado y hacernos cometer errores, sin embargo, no es en eso en lo que quiero ahondar.
        En la fuerza de la mente humana, eso sí que es algo de lo que me gustaría hablar, bueno, hablar más quiero decir, por supuesto. En los sueños, nuestra mente es capaz de crear un mundo aparentemente real (sólo nos lo creemos hasta que despertamos, y a veces ni eso), cubrirlo con toda clase de detalles (edificios, ventanas, habitaciones, coches, vegetación), incluso personas, por si no se tenía constancia, ¿de dónde vienen las personas que rellenan este mundo imaginario?, la respuesta es del mismo en el que realizamos actividades sin estar dormidos, o al menos aparentemente dormidos, es decir, tal y como decía el autor mencionado al principio, los sentidos pueden engañarnos y hacernos creer que todo lo que sentimos es real, igual que un sueño en el que no sabemos que estamos (no hablaré de matrix porque es algo ya muy visto y no me gusta repetir y seguir la corriente a la que todos se unen). Yo voy caminando por el parque y veo un árbol, obviamente, no voy a cometer la estupidez de correr hacia él porque “no es real”,  trataré de no chocarme con él pero siempre tendré presente en mi mente que aquel trozo de materia con vida puede no existir y que tan sólo me choco con él porque es la realidad que conozco, no conozco un mundo en el que se puedan atravesar árboles, mi razón y mi experiencia me lo dicen (bueno, ni siendo Nietzche podría atravesarlo). Bueno, volviendo a lo que estaba diciendo, exacto, son personas que provienen de la “realidad”, son personas que a lo mejor hemos visto sólo una vez en nuestra vida una vez que fuimos de viaje a Hong Kong, con los cuales imaginamos que interactuamos en sueños ocasiones. Nuestra mente puede incluso representar cosas que matemáticamente son imposibles, como la llamada escalera de Penrose o cualquier cosa irreal como el mero hecho de soñar que volamos. Con todo esto no trato de hacer creer a nadie que sólo se centre en la mente y olvide el mundo material ya que eso sería lo que le ocurre a la esposa del protagonista al final que, la verdad, ni había pensado la conexión. El mundo material, aun pudiendo ser irreal hipotéticamente, nos ofrece más de lo que podamos imaginar (con esto refuto lo que decía Platón, no creo que la idea de planta pueda estar en la cabeza de un hombre que nunca ha visto una) o expresar con las meras palabras. El mundo material es conocimiento, belleza y misterio, todo lo que el ser humano necesita para existir, de lo contrario, ¿qué sentido tendría nuestra existencia si no es descubrir lo que nos rodea? Llegar más allá.
        Yo siempre he pensado que el ser humano es como una ola, una fuerza bella que remueve todo, tanto la superficie como la arena del fondo, que siempre trata de llegar más allá pero que acaba cayendo a los pies de un joven niño de tez morena. Puede que en ocasiones parezca que no avanzamos pero la marea sube, el relieve se erosiona, incluso los barrancos más verticales acaban siendo lisas playas de arena fina (no las del Caribe, esas están compuestas de los corales que rompe el pez loro, los cuales son excretados luego. El hombre paga millones de euros por pasar unas semanas o días sobre excrementos de pez, la mente humana…) prácticamente todo cambia, “Uno nunca puede bañarse dos veces en el mismo río” como decía Heráclito el presocrático, la vida es un fuego…aunque yo siempre la comparo con el agua (la mayoría de mis comparaciones son con el agua, mi arjé podría ser el agua como el de Tales), para mí, la vida es como el mar, uno está ahí en medio de esa gran masa de agua sobre lo que podría ser una tabla de surf (la voluntad). Uno ha de remar y aprovechar las olas para llegar a la costa, sin embargo, la corriente y las tormentas (sucesos no esperados) te empuja hacia un lado y hacia otro, en ocasiones te hace perderte, pero es cosa tuya no rendirte ya que, si paras, lo más probable es que te hundas y que todo tu esfuerzo no sirva de nada, eres tú quien elige, como puede (todo ha de decirse), a qué costa quieres llegar.

Tras esta epifanía filosófica no me queda otra cosa que hacer que alabar a la mente humana y seguir pensando para, cada vez más, profundizar en mí y así alcanzar las grandes ideas que me comprenden a mí y al mundo que nos rodea, las cuales (por si no quedó claro antes) NO SON LAS QUE HAY EN EL MUNDO EXTERIOR sino que son las que nos hacen que se nos ocurran formas de profundizar en nuestra investigación del exterior.

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