lunes, 24 de junio de 2013

La nuit

El cielo estrellado...asombroso, ¿no? Lo miramos y quedamos fascinados por su belleza. Nos recuerda la grandiosidad del universo, y lo diminuto que es el mundo en realidad. Observamos el contraste de las humildes estrellas en la gran oscuridad que nos sobrecoge a la par de emocionarnos. Al mirarlo, no puedo evitar preguntarme cuántas personas lo estarán mirando en ese preciso instante, en que, aun pudiendo ser tan diferentes nuestras vidas, nos une una cosa esencial, la necesidad que tenemos de pensar en qué puede haber más allá de lo que vemos o, simplemente, esa tan íntima búsqueda de la belleza que todos emprendemos. De algún modo, creo que nos sentimos identificados con la luna. Todos nos sentimos sobrecogidos por una oscuridad que nos rodea, en la cual, las estrellas nos acompañan, además de ésto, tenemos un lado oscuro que nunca mostramos el cual no afecta a cuán luminosos es nuestro brillo ante la oscuridad. ¿Alguno de vosotros sabe de dónde viene la palabra persona? Para aquellos que no lo sepan, viene del latín per-sonare, que significa "para sonar". Cada uno de nosotros está llamado a brillar, a sonar, a diferenciarse del resto del mundo, en otras palabras, a ser único. De este modo, sin las estrellas, no somos la luna y, por tanto, no hay cielo.

El cielo estrellado tiene una forma particular de seducirnos y emocionarnos, nos hace no sentirnos solos...si sabemos verlo bien.

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